Común & Silvestre

Remedios Semanales

Remedios Semanales


Semana 14.3

Queridxs todxs, 

Se nos está acabando el combustible.

Todas las herramientas que hemos recolectado para mantenernos cuerdos, pacientes y con esperanza de que las cosas van a mejorar pronto, parecen comenzar a fallar.

La meditación de la mañana, el ejercicio, películas, los incontables pasatiempos, podcasts, música, escribir, pintar, cuidar las plantas, infinitas nuevas rutinas que intentamos poner en práctica semana a semana, a medida que nos vuelven a cambiar la poquita normalidad que con tanto esfuerzo habíamos logrado construir. Ya nada parece funcionar.

Cada día intentamos encontrar una nueva forma de hacer las cosas, dentro y fuera de la rutina, porque parece ser que en el nuevo mundo solo existe espacio para aquellos que logren adaptarse, mutar, transformar lo que son y lo que hacen, abrazar el cambio.

La sensación de resignación a que las cosas no vayan a mejorar pronto inunda todos los rincones. Con la carga de varios meses acumulados en nuestros hombros, la lucha dejó de ser contra un virus y pasó a ser contra el cansancio. Se intenta combatir tomando pequeños descansos, pero la mayoría del tiempo se sienten tan inútiles como los cinco segundos que un boxeador se detiene a tomar aire antes de que lo vuelvan a noquear. Nada sirve y falta tanto.

La famosa pausa de la que tanto se habló en marzo, esa que todos anhelábamos y que el planeta tanto necesitaba, se convirtió en vientos huracanados que no cesan a pesar de los cielos azul claro. El cuerpo está atrapado en estado de emergencia, intentando resolver, corriendo de un lado a otro, agitado, inquieto, ansioso. Ya no conoce otro lugar distinto a este.

No quisiera nublar aún más el panorama con este texto, sino más bien contarles que hasta hace unas pocas semanas había logrado navegar emocionalmente la era pandémica y mantenerme a flote. En este último mes agoté mi paciencia y exploté. Pero no fue sino hasta que acepté el cansancio, la frustración, lloré, dejé de intentar por un rato y me quebré, que logré descansar un poco. Lo olvidamos fácilmente: sentir es siempre la mejor válvula de escape.

Me he cuestionado mucho el sentido de estos remedios habiendo pasado tantos meses, he intentado buscar maneras de transformarlos en algo más, adaptarlos a las nuevas necesidades, pero la realidad es que ahorita ni mi creatividad, ni mi mente tienen la capacidad para descifrar ese camino. Por días siento que se me acaba el combustible y no tengo más para darles, pero estoy clara que de alguna forma debo y quiero continuar. Por eso hoy, 144 días después de haber iniciado, les comparto que los Remedios del Trópico pasarán a ser envíos dominicales hasta que recupere un poco más de energía y mi cabeza pueda repensar el proyecto de forma distinta, y así (ojalá) seguir aportando un granito tropical en la vida de cada uno de ustedes.

Muchas gracias a todxs por leerme hasta ahora, escribirles ha sido la mejor manera de sentir compañía y comunidad en tiempos de aislamiento.

Un abrazo grande con mucho cariño,

Laura

Laura Escobar